Cuento Zen: La muñeca de sal.

Una muñeca de sal recorrió miles de kilómetros de tierra firme,
hasta que, por fin, llegó al mar.

Quedo fascinada por aquella móvil y extraña masa, totalmente distinta de cuanto había visto hasta entonces…..

¿Quién erres tu?, le preguntó al mar, la muñeca de sal.

Con una sonrisa, el mar le respondió.
"Entra y compruébalo tu misa".


Y la muñeca se metió en el mar.

Pero, a medida que se adentraba en él, iba disolviéndose,
hasta que apenas quedó nada de ella.


Antes de que se disolviera el último pedazo,

la muñeca exclamó asombrada...



¡¡Ahora ya sé quien soy¡¡

 

Reflexiones del Maestro Zen

 
 

Solo el que tiene hambre puede ser alimentado

El ser alimentado tiene que saciar la sed

El sediento es saciado gracias a que una vez tuvo hambre

No existe ser que tenga sed sin haber tenido hambre primero...

Esto se aplica al saber:

Primero se quiere aprender, luego de conocer necesita ser experimentado para luego pasar el simple conocimiento. No existe sabio que no haya sido alguna vez un hombre ignorante. La sed apasiguada es reconciliarse con la famosa frase "solo sed que no sed nada" La ignorancia es una bendicion, es la potencialidad de un Maestro Zen.

 
 
 
 
 
 
Sucedió que un Maestro Zen estaba pasando por una calle, cuando un hombre llegó corriendo y lo golpeó
con fuerza.
El Maestro cayó. Luego se levantó y continuó caminando en la misma dirección en la que estaba
yendo, sin siquiera mirar hacia
atrás.
Un discípulo iva con el Maestro;
se quedó atónito y dijo: "¿Quién es ese hombre? ¿Qué es esto? Si uno vive en esta
forma, entonces cualquiera puede venir y
matarte. y ni siquiera has mirado a la persona y no sabes quién es, ni por qué lo hizo".
El Maestro dijo: "Es su problema, no el mio"

Consejo Zen

 
 

 
 
 
 
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"Todo está determinado....por fuerzas sobre las que no tenemos ningún control. Tan determinado para un insecto
como para una
estrella. Los seres humanos, los vegetales o las partículas cósmicas....todos bailamos al ritmo de una tonada
misteriosa que
toca en la distancia un gaitero invisible."

Albert Einstein

 
 
 
 
 
 
La vida es vivir. No es una cosa, es un proceso. No hay forma de conocer lo que es la vida más que viviendo, estando
vivo,
fluyendo, discurriendo con ella. Si buscas el significado de la vida en algún dogma, en una determinada filosofía,
en una
teología, da por seguro que te perderás lo que es la vida y su significado.
Depende de tí. La vida en sí misma es un lienzo en blanco, se convierte en cualquier cosa que tú pintes
en él. Puedes pintar,
sabiduría, felicidad, amor...


 

La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto,
no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.
Henry Van Dyke.
 
 
LAS TRES PIPAS

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Una vez, un miembro de la tribu se presentó furioso ante su jefe para informarle que estaba decidido a tomar venganza de un enemigo que lo había ofendido gravemente. Quería ir inmediatamente y matarlo sin piedad!
El jefe lo escuchó atentamente y luego le propuso que fuera a hacer lo que tenía pensado, pero antes de hacerlo llenara su pipa de tabaco y la fumara con calma al pie del árbol sagrado del pueblo. El hombre cargó su pipa y fue a sentarse bajo la copa del gran árbol.
Tardó una hora en terminar la pipa. Luego sacudió las cenizas y decidió volver a hablar con el jefe para decirle que lo había pensado mejor, que era excesivo matar a su enemigo pero que sí le daria una paliza memorable para que nunca se olvidara de la ofensa. Nuevamente el anciano lo escuchó y aprobó su decisión, pero le ordenó que ya que había cambiado de parecer, llenara otra vez la pipa y fuera a fumarla al mismo lugar.
También esta vez el hombre cumplió su encargo y gastó media hora meditando. Después regresó a donde estaba el cacique y le dijo que consideraba excesivo castigar físicamente a su enemigo, pero que iría a echarle en cara su mala acción y le haría pasar verguenza delante de todos.
Como siempre, fue escuchado con bondad pero el anciano volvió a ordenarle que repitiera su meditación como lo había hecho las veces anteriores.
El hombre medio molesto pero ya mucho más sereno se dirigió al árbol centenario y allí sentado fue convirtiendo en humo, su tabaco y su bronca. Cuando terminó, volvió al jefe y le dijo: "Pensándolo mejor, veo que la cosa no es para tanto. Iré donde me espera mi agresor para darle un abrazo. Así recuperaré un amigo que seguramente se arrepentirá de lo que ha hecho".
El jefe le regaló dos cargas de tabaco para que fueran a fumar juntos al pie del árbol, diciéndole: "Eso es precisamente lo que tenía que pedirte, pero no podía decirtelo yo, era necesario darte tiempo para que lo descubrieras vos mismo".

 

Guerreros de la Luz

 



Los guerreros de la luz mantienen el brillo en sus ojos.
Los guerreros de la luz se reconocen por la mirada. Están en el mundo, forman parte de la vida de otras personas y comienzan su jornada sin alforja y sin sandalias. Muchas veces son cobardes. No siempre actúan acertadamente.

Sufren por cosas inútiles, tienen actitudes mezquinas, a veces se juzgan incapaces de crecer. Frecuentemente se consideran indignos de cualquier bendición o milagro.

No siempre están seguros de lo que están haciendo aquí. Muchas veces pasan noches en vela, creyendo que sus vidas no tienen sentido.

Por eso son guerreros de la luz. Porque se equivocan. Porque se preguntan. Porque buscan una razón, y con seguridad la encontrarán.

Dice el maestro al guerrero, cuando lo ve deprimido:
Tú no eres el que aparentas en los momentos de tristeza. Eres mucho más que eso.

Mientras que muchos partieron (por razones que nunca llegaremos a comprender), tú continúas aquí.

¿Por qué Dios se llevó a personas tan increíbles y te dejó a ti?
En este momento, millones de personas ya desistieron. No se quejan, no lloran, ya no hacen nada; se limitan a dejar pasar el tiempo, porque perdieron su capacidad de reacción.

Tú, en cambio, estás triste. Esto prueba que tu alma continúa viva.
 
“Si conoces el camino, conoces la meta, ya que la meta no se encuentra precisamente al final del camino, sino que está a todo lo largo de él: en cada momento y en cada paso, ahí esta la meta.”

“No es que tú alcances la meta cuando llegas al final del camino, en todo instante, te encuentres donde te encuentres, si estás en el camino, estás en la meta.”

“De ahí que los taoístas no hablen de Dios, no hablen del moksha, del nirvana o de la iluminación. No hablan para nada de eso.”

“Su mensaje es muy simple: Tienes que encontrar el camino, recorrerlo.”

“El camino no tiene mapa, no está indicado, no es aquel que podáis encontrar siguiendo a alguien.”

“El camino no es una autopista, en realidad, es como el pájaro que vuela en el cielo sin dejar huella tras de sí. El pájaro a volado, y no ha dejado rastro alguno para poder seguirlo. Es un camino invisible, no está trazado, no está a la vista. Tendrás que recorrerlo por tus propios medios, puesto que no te servirán los medios de los demás”

“Buda recorrió el suyo, Lao Tsé recorrió el suyo, y Jesucristo recorrió el suyo”

“El cristianismo, el hinduismo, y el mahometismo entre otros, son autopistas, en ellas no tienes necesidad de arriesgar nada, sólo tienes que limitarte a seguir a la multitud.”

“Con el Tao tienes que ir tu solo, el tao respeta a lo único no a la masa, el tao respeta la libertad no la conformidad”

- Osho –


Ese camino se recorre, se siente, se vive en cada instante, en cada momento hay un aprendizaje, una experiencia nueva que cubrir por pequeña e insignificante que nos parezca.

Todo forma parte del todo y se presenta para observarlo, escucharlo, vivirlo.

Es simple, sencillo, no hay que buscar más allá de existencia de nuestro ser.
Siempre ha sido así desde mi punto de vista, siempre he seguido ese curso, ese camino, la senda de luz, senda que quizás otros no comprendan, no entiendan, e incluso les parezca aburrida sin tener presente llegar a un lugar que no se encuentra en el camino.

Si buscas llegar a la meta, perderás mucha energía, te perderás, por que ello pondrás mucho empeño, mucha energía, cada vez querrás llegar más y más pronto, más y más deprisa....
Al final no la encontrarás, estarás extasiado, extasiada y después de todo ese esfuerzo, habrás recorrido una senda, sin haberla vivido, sentido ni disfrutado.


Ese camino no está regido por dogmas, doctrinas, religiones u otras que quieren dictar como hay que hacer el camino, por donde hay que hacerlo y de que manera.

El camino es libre, solo tu lo recorres, solo tu formas parte de el.

Cada camino es único, distinto a los demás, es único, igual que el río que en cada instante cambia, fluye y se transforma en cada instante.

En ese camino, esa senda de luz, voy aprendiendo, en cada instante, en cada momento, respetando y descubriendo, escuchando y observando.


Y recorriendo el camino descubro, muchas “flores”, “frutos” o “cosas” de donde recoger experiencias y aprender, siempre las hay.....meditación, relajación, zen, tantra, yoga, etc etc pero siempre, sin pararme, sin engancharme a estos, sin querer formar parte de ellos, simplemente observándolos. Quizás no sean necesarios, pero forman parte de ese camino

Es bueno apreciar lo que te ofrece el camino y aprender de ello.


Buscando el equilibrio entre el Sol y la Luna,
entre el yin y el yang, entre lo masculino y lo femenino.



Ese equilibrio que hace que todo sea armonía,

si florecen las plantas o si caen las hojas,

el equilibrio entre el día soleado, y la fuerte tormenta.




Todo me rodea, en el camino, en la senda.


- La senda de luz –

 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

 
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